Más sobre este blog

Me llamo Isabel y este blog surge por añoranza de mi infancia. No se trata de un blog de una coleccionista de muñecos, ni de un blog-guía de figuras... sino simplemente de un blog sobre mis recuerdos, a través de aquellos juguetes que me hicieron feliz en mi niñez y consiguieron crear en mi imaginación mundos fantásticos, dejando un dulce sabor en mi corazón. Es un blog lleno de nostalgia pero a la vez cargado de ilusión y alegría que nos permitirá asomarnos brevemente a nuestra infancia, en especial si fuiste niñ@ durante la década de los 80, como fue mi caso.

Los contenidos y opiniones que encontrarás a lo largo de esta ventana con vistas a la niñez son sencillamente frutos de mis recuerdos. Al realizarlo desde el corazón, no lleva un orden respecto a los muñecos que muestro. Algunos muñecos pertenecen a cuando yo era pequeña y otros los he conseguido algo más mayor.

La sección “Cacharrería” es mi pequeño homenaje a una antigua juguetería que con este nombre estaba situada en el madrileño barrio de Callao, donde me he criado, en concreto en la C/ Corredera Baja de San Pablo justo en frente del Refugio (llamado así por las personas del barrio). Todavía recuerdo el olor de mi juguetería favorita (en realidad era juguetería, droguería,... se vendía un poquito de todo como ocurría antes), junto a la Playa (situada en la Corredera Alta de San Pablo) y la Pelota de Goma (situada en la calle del Pez). Recuerdo ese olor a goma consecuencia de los productos de droguería la poca luz que reinaba en aquel espacio cuadrado lleno de juguetes. Mi hermando y yo éramos clientes fijos. Estábamos deseando que mi madre y por supuesto mi abuela Pepa nos llevaran para pasar el rato eligiendo muñecos Comic Spain, el airgamboy de turno, las cartas del momento,.... etc. Al ser vecinos del barrio, nos conocían, sobre todo a mi abuela Pepa, la cual forma parte de esta infancia tan feliz que tuve y que sin ella mi pasión por los muñecos no se hubiese podido desarrollar, ya que era ella quien nos compraba todos los caprichos y por supuesto todos los muñecos que se nos antojaban a mi hermano y a mí . Siempre recordaré la paciencia que tenían los dueños (un hombre y una mujer) y en especial la mujer que junto con mi abuela y mi madre esperaban a que nos decidiéramos a por el muñeco en cuestión.

Mis muñecos al igual que mis recuerdos los tengo sueltos, libres y así cada vez que se me antoja, los cojo, los toco... y me traslado a ese espacio y tiempo en el que fui tan feliz. De niña los muñecos me permitieron viajar al futuro y ahora esos mismos muñecos me permiten viajar a ese mi pasado.